Ay 2012…que te nos vas.
Podría decir mil cosas, resumir de muchas maneras este año. Hacer mes a mes sería complicado ;).
Ha sido un año lleno de momentos inolvidables, muchos han sido malos pero ganan infinitamente más los buenos.
He compartido mis días con personas increíbles, he conocido sitios maravillosos, he podido comprobar que las personas somos mucho más imprescindibles de lo que pensaba y he aprendido a seguir amando a pesar de los pesares.
Tuve que despedirme de unas personitas adorables que han hecho de mí mucho de lo que ahora soy, y por quienes nunca me cansaré de dar gracias. Tuve que enfrentarme a la injusticia laboral, al “puede más el poderoso” pero la vida me dio nuevamente una oportunidad, y no esperó ni veinticuatro horas para hacerlo, soy muy afortunada. Por supuesto que lo he pasado mal, he pataleado, sufrido, incluso he tenido sentimientos de máximo odio y, aunque la herida no ha terminado de cicatrizar, puedo decir con voz muy alta que VOY A SEGUIR SOÑANDO, porque un mundo está esperándome ahí afuera. Porque yo me lo creo, y porque hay gente que me quiere y ha sufrido conmigo, porque han sido muchos los que me han tendido su mano de infinitas maneras, incluso muchas personas de quienes la vida me ha separado han estado ahí en forma de mensaje cercano, de palabra cariñosa y de certera luz.
Se han unido en compromiso de amor eterno, ojala que así sea, personas muy importantes en mi vida. En muchos casos he sido testigo directa, en otros no pude compartirlo con ellos, por unas u otras circunstancias, pero bien sabe Dios que estuve presente con mi corazón, porque las personas que son importantes en nuestra historia, lo son siempre, a pesar de los pesares. En cualquier caso doy gracias por poder sentirme feliz de su amor, de su entrega y de su amistad. Y vosotros ya sabéis quienes sois.
También he seguido echando de menos, cada día, a personas que han formado parte de mi cotidaneidad y que ahora ya no están. O porque se fueron para siempre o porque el orgullo sigue estando ahí y me impide el acercamiento.
Los míos, mi amada familia, han seguido ahí, al pie del cañón, como siempre. He visto seguir creciendo a la alegría de mi casa, a ese niño que vino a revolucionarme.
Y bueno, hoy, 366 días después de que comenzara el año, puedo decir orgullosísima que soy casi veintidós kilos menos de lo que era hace un año. Si, me propuse a principios de año que tendría fuerza de voluntad, y así ha sido. Y así debe seguir siendo, aún queda camino. De momento me siento feliz, aunque suene a simpleza, por meterme en unos pantalones tres tallas más pequeños o atreverme con un vestido corto.
Gracias 2012, por dejarme avanzar contigo, por darme la oportunidad de caer y volver a levantarme, por darme la oportunidad de amar y dejarme amar. Gracias, muchas gracias.
A ti, 2013, que ya llegas, decirte que espero con toda mi alma que seas benévolo, que me revoluciones y me entones.
Tú, 2013, llegas cargado de buenas noticias: nuevamente gente a la que quiero va a unirse para siempre en promesa de amor; muchas familias a las que quiero van a crecer con pequeñines que vendrán para hacernos felices; … y tantas otras que ojala lleguen. También sé que me espera alguna mala noticia, y es que así es la vida.
Vamos, venga, que tenemos por delante un año donde disfrutar en lo cotidiano. Sigamos soñando, porque un mundo mejor es posible…soñar es lo mejor que este planeta ha conocido.