Últimamente mi vida esta llena de situaciones curiosas, de casualidades… bueno, hablando con propiedad: de Providencia.
Tengo una amiga que dice que todo pasa por algo, ella siempre insiste en que un plan nuevo aguarda para desconcertarme.
Ayer estaba yo comiendo en familia, con el reloj sin cambiar. Mi móvil sonó, pero no lo escuché. Al rato llamé yo a esa personica que me había llamado, era el tocayo de mi sobrino que me ofrecía un plan chachi, en mi ciudad, dos horas después… ¿quién puede negarse a algo así?, yo no.
Y me senté al ordenador, dispuesta a seguir con el trabajo arduo de elaborar informes. Y pasaban lentamente los minutos, parecía que el reloj se hubiera parado. Llegaron las ocho de la tarde, y allí estaban ellos, con ese amor que desparraman a raudales, con ese cariño que se desprende de sus vidas, con esa preciosa amistad que tengo el don de tener.
Un champi, una zapatilla, y entremedias compartir, no mucho porque el tiempo apremiaba, pero lo suficiente como para darme cuenta de lo absolutamente bendecida que me siento de tenerlos en mi vida. Además de bendecida, me siento orgullosa de ellos.
Dentro de dos meses justos, a estas horas, si Dios quiere, ellos se habrán hecho la promesa eterna del amor. Habrá mucha gente, en muchos sitios del plantea, unida a ellos en ese momento. Yo, además, volveré a ser bendecida por estar presente en ese momento.
Gracias TeSsorito, gracias Álex. Sois la cara amable de la vida.
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