Estos días tengo el corazón un poquito agitado, desde el lunes por la tarde siento como muchas cosas van desmontándose en mi cabeza. A lo mejor, quién sabe, vuelvan a colocarse en su lugar pero también puede suceder que se recoloquen donde en verdad tendrían que estar. Y mientras les observo analizo mi momento, lo que vivo y como ellos son para mi ejemplo de sencillez, de ternura a raudales, de compasión, de descomplicación y sobretodo de frescura.
Los viernes acabo derrotada y normalmente afónica, pero "que me quiten lo bailaó". Ellos me dan taaaaanta vida. A través de ellos me descubro, me siento mucho más yo que en cualquier otro sitio. Con ellos los papeles se conjugan (y llegan a intercambiarse): yo soy su maestra, la que les intenta dar herramientas para volar y ellos son los que me dan las alas para ser libre, amando. Y todo esto lo reflexiono porque no puedo permitir que una mala experiencia empañe mis sentimientos, pero de la misma manera soy incapaz de evitar que esto suceda.

Ideas cotidianas desordenadas.
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