domingo, 28 de noviembre de 2010

Lo cotidiano de la espera

¡Dios mío! cuanto tiempo sin dedicarle un mínimo tiempo a este espacio, al que me "subí" con tanto cariño. Y no es que mi cotidaniedad no esté llena de momentos que me gustaría plasmar, es más bien una cuestión de autorganización de cotidaneidades, que de una u otra manera tengo desordenados en la mente y sin colocar correctamente en el corazón.

Ayer fue para mi un día especial, celebramos el Día del Maestr@, día que para mi este año recobra mucha más intensidad. Y celebramos en España el día del Maestr@ el 27 de noviembre porque ese mismo día, en el año 1597 San José de Calasanz abrió las dos primeras clases para niños pobres.

Hoy, 28 de Noviembre, para muchos es un día cualquiera, para otros hoy es un día especial. Es especial porque hemos comenzado un tiempo de espera. Y si hay una espera bella y bonita es la que tenemos cuando viene un bebé a nuestras vidas. Preparamos con cariño sus cositas: la ropita, su habitación con su cunita. De nosotros va a depender los primeros años de su vida, porque así nacemos todos: frágiles y dependientes, por lo tanto nuestro esmero ha de ser cuidado, mimado y trabajado previamente para que cuando llegue nuestro ansiado bebé nos demos a él infinitamente. Así lo veo yo.

Quisiera en este tiempo de Adviento preparar en mi corazón una cuna confortable y calentita. No tengo muchas herramientas, soy débil y estoy llena de agujeros. Soy muy picona, "me pico" por casitodo y por mucho que lo intente no consigo sacar mucho de esos "piques". ¿Qué nos pica?



Y ya lo dice el dicho: "Si te pica, ráscate":


Ojalá en mi cotidaneidad de estos aprenda a rascarme.

1 comentario:

José Fernando dijo...

Bien. Por fin retomas tu blog, apagado durante un tiempo. Gracias por la oportunidad de seguir pensando, gracias por la oportunidad de vivir como hermanos en la Orden, como compañeros en la distancia, como trabajadores por la paz, el Reino...