Vivimos en una sociedad que todo, absolutamente lo cuestiona. Y ya no digo nada en lo que a los niños se refiere.
Si le das un cachete, les traumatizas. Si les chillas alguna vez, les traumatizas. Si discutes con alguien delante suyo, les traumatizas. Si les obligas a comer verduras, les traumatizas. Si les riñes por sacarse mocos, les traumatizas. Si les das caprichos de vez en cuando, les traumatizas...Y así una larga lista de "traumas" que resurgirán en su adolescencia y les harán débiles en su adultez. (Nota al pie...**)
Sin lugar a ninguna duda el mejor "trauma" (leáse con ironía), que he escuchado hoy decir (y creo que en toda mi vida), es el que se le puede crear a un niño al bautizarle, ¡toma ya! (el tema ha salido porque hoy había muchos bautizos puesto que se celebraba también el de Jesús, el de Nazaret). Si, si, hoy me han dicho que si bautizas a un niño puedes crearle un trauma. Claro, he tenido que buscar mis ojos por el suelo porque se me han caido al instante. A tal afirmación mi reacción no se ha hecho esperar y le he preguntado:
¿Cómo dices?...y la respuesta ha sido:
Los niños deben saber todo, no podemos decidir por ellos, hay que ayudarles, no obligarles. A lo que yo:
Ah, claro, es que cuando eres un bebé y tienes fiebre tu madre te pregunta: cariño, ¿te pongo este supositorio que es para bajarte la fiebre? y si a ti no te apetece que te metan eso por el ojetillo pues le dices que no y ya está, aunque agradezco que la mía no esperase a que me hiciera mayor. Y a partir de aquí ha surgido una buena conversación que no viene mucho a cuento que transcriba.
Ella ha dicho: hay que ayudarles, no obligarles...Pues eso, ¡ayúdemosles leñes!. El bautizo no se impone, la fe en sí misma no se impone. Es una herramienta, una ayuda. Es un regalo que le hacemos a ese bebé que un día será adulto y que entonces podrá, por sí mismo, decidir si quiere seguir ese camino o abandonarlo.
Bueno, en la cabeza se me quedan cosas y en el tintero muchas más, pero dado que mi mente ahora unicamente debe estar centrada en números, fórmulas y teoremas matemáticos me las guardaré para otro rato.
Agradecer, eso si, que mis padres apostaran por ello sin pensar en los posibes "traumas" (vuelva a leerse irónicamente). He aquí mi geto al ser bautizada, ¡pero qué papos tenía, madre!

Me voy con mis "traumas" a seguir estudiando un ratito. Cuídense y en lo cotidiano tengan cuidado no vaya a ser que se traumaticen...
Buenas noches
(**): Por supuesto, y de eso no me cabe ninguna duda, no voy a cuestionar temas mucho más complejos, mucho más serios que acontecen en la vida de nuestros niños (exclusión social, problemas de alimentación, separaciones, marginación, maltratos, mimos en exceso, ...) entonces el tema ya es verdad que se torna serio.