"Ser sal y luz", esa es la invitación que nos hacía esta tarde Jesús con su Palabra, con sus palabras. Quien me conoce sabe que me encanta este Evangelio. Cuando mi corazón no se pone de acuerdo con mi cabeza suelo recurrir a él, muchas veces sale ganando la cabeza pero la mayor parte sale triunfador el corazón. Hoy, además, el sacerdote de la Parroquia a la que he ido lo ha explicado de una manera tan dinámica, didáctica y extraordinaria que me daba la sensación de tener delante a un magífico pedagogo.
Ha cogido el micro y se ha bajado entre la gente, con un salero y una lámpara de barro iba explicándonos como podemos ser sar y luz para los demás. Como tenemos, y debemos, tener salero y gracia para alegrar las vidas y luz para alumbrar los caminos. Ha hecho una interpretación tan buena que me ha dado pena hasta de que acabara la homilía, oiga.
Me gustaría ser sal, sal que alegre y remueva, que conserve y de sabor. Porque la sal, cuando sale de nosotros, es buena. Mira que ahora la quitan por todo: que te duele la uña del dedo pequeño del pie seguro que es porque tienes ácido úrico, o que se te hinchan las piernas de manera sospechosa, o que tienes la barriga como una sandía de redona, seguro que retienes líquidos así que...¿qué te quitamos? pues la sal, la sal fuera de la dieta inmediatamente.
Y me gustaría ser luz. Y no la luz que da el flash de la cámara de fotos, porque esa luz ciega y molesta. Quisiera ser una luz delicada y suave pero iluminadora, de las necesarias para leer un buen libro o bordar un babero.
¡¡Qué díficil es!!, estos días no dejo de darle vueltas al cómo estamos, a la sociedad en la que vivo y las cosas que mostramos. Quizá sea por deformación profesional, porque trabajando niños te fijas más en los ejemplos que les mostramos, porque a veces ellos mismos son los que te lo dicen y a mi se me queda cara de tonta. Y puede que a una dulto le parezcan simplezas pero ellos están forjando su caracter.
Siento que solo se trata de créerselo, de saber que soy capaz y que tengo que intentarlo, pero cotidianamente me cuesta muchísimo no ser sosa y oscura.
¿Y tú?, ¿qué vives en lo cotidiano?
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