jueves, 16 de septiembre de 2010

Un gran pedagogo, un maestro ejemplar.

 "Si por el amanecer se adivina el buen día y del buen comienzo se deduce el buen término, depende el resto de la vida de la educación de la edad tierna, de la que jamás se pierde el buen olor, como del ánfora que contuvo el vino añejo."
(San José de Calasanz)

Esta frase me encanta desde que la conocí, y ahora más que nunca necesito, debo y quiero empaparme de la pedagogía calasancia.

San José de Calasanz, patrón de los maestros, fué un hombre que soñó un proyecto y lo llevó a buen puerto: Fundó las Escuelas Pías, cuyo fin era que todos los niños, especialmente los más necesitados, tuvieran acceso a la educación. Hubo quien llegó a mofarse de él por este aspecto, le llamban "maestro de los andrajosos".

Cuando ya contaba con un elevado número de alumnos compró la casa de San Pantaleón, hoy Casa Madre de la Congregación de los Padres Escolapios. Allí siguió su misión de educar desde una perspectiva evangelizadora mediante la integración de la Fe y la Cultura, la Piedad y las Letras. Me consta que sus favoritos eran los más pequeños, como para mí :).

Sin duda José de Calasanz fué un gran pedagogo, un maestro ejemplar. Y a mi, en lo cotidiano, me gustaría parecerme un poquito a él.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Viviendo un sueño

Mucho, muchísimo tiempo sin escribir. Todo este tiempo lleno de momentos extraordinarios, inmejorables, felices. También tiempo de interioridad, de búsqueda, de incertidumbres.

Y en este instante me encuentro en uno de los momentos más dulces, plenos y mágicos de mi vida.

Un sueño, el mío: EDUCAR.

Una oportunidad, una aventura.

Una cotidianeidad extraordinaria.

Y a mi solo em sale dar un GRACIAS con mayúsculas: A quien a apostado por mi, a quien ha confiado en mi valía. A quienes caminan a mi lado y se han alegrado tanto estos días con el notición. A quienes comparten mi alegría desde los más diversos y recónditos lugares del planeta. Y sobretodo a TI, si, mi Buen Dios, a ti que has intercedido: Loado seas.

El mes de agostó acabó con una llamada al móvil que me abría la puerta a un sueño tan soñado. El mes de septiembre empezó palpando ese sueño, tocándolo con mis propias manos.

Estoy en una nube, espero me sea permitido seguir aquí un poquito más. Llegará el tiempo de volver a tocar el suelo con los pies, de aterrizar.

Tengo tantas cosas en esta cabeza que llevo sobre los hombros, tantas cosas que compartir que se me desordenan y no sé como expresarlas, es que a veces las palabras sobran cuando hablamos de felicidad.

Bendita esta vocación que nació a la par que fui creada y se ha ido tejiendo en el tiempo como la flor que primero es semilla y después desprende ese aroma inconfundible.
Benditos niños, favoritos del Padre. Bendita su transparencia y sus locuras.

Sonrío, no puedo parar de sonreir.




Bendita cotidaneidad extraordinaria.