martes, 17 de noviembre de 2009

Descansa en paz

Al saber que te has ido miles de sentimientos invaden mi corazón y los recuerdos se agolpan revueltos en mi cabeza. Tu marcha me ha pillado desprevenida, amigo.

Tu vida ha sido un regalo en la mía, tus enseñanzas una fuente de las que sacian la sed y además dejan reservas para cuando ésta vuelve a aparecer, tu amistad un don, un don de Quien nos cruzó en el camino, tú eras de Él y Él se hacía presente en ti a cada paso, en cada encuentro.

Palabras siempre certeras, ilusión constante por la vida que hoy se ha apagado para ti. Tenías la gran capacidad de dar sin esperar, de ofrecer siempre lo mejor de ti.

Soñador infatigable vivías con ilusión el ecumenismo, la cooperación entre religiones. Contemplativo de la vida, admirabas los pequeños gestos y disfrutabas siempre de las pequeñas alegrías.

Vibrabas con los jóvenes y nos querías a tu lado, trabajando, y gastando energías, por llevar la fe a los rincones más recónditos y escondidos. Hacías tuyas las palabras de Benedetti, a quien te gustaba evocar con el precioso poema: "¿Qué les queda por probar a los jóvenes?(...)". Porque creías en nosotros y apostabas por la juventud dentro de la iglesia. Gracias a ti yo también pude acercarme un poquito a ese mundillo de la Pastoral Universitaria, bastaron un par de conversaciones y me metiste de lleno en un buen fregaó, recuerdo que mi primera reacción fue un "¡¿pero qué me estás contando?!" al que acompañó tu palmadita en la espalda: lo harás bien.


Además de las mil y una vivencias en las que te recuerdo, es, entre muchos, especialmente significativo el hecho de que tu también eres uno de sos maestros que me ha enseñado a enseñar, en tu caso a enseñar la vida de Jesús a los niños. Como disfrutabamos con tus clases de "ERE", como tu siempre la abreviabas. Con esas lecciones magistrales de hebrero...y riéndonos tanto con tu dibujitos en la pizarra (tus apuntes están guardado como orito en paño, ¡¡vamos!!). Y puestos a recordar, ¡¡vaya con tus homilías!!, qué divertidas aquellas Eucaristías dominicales, con guitarras y a lo loco, con alegría y entusiamo, con cariño y cercanía...mira que te gustaba montarlas eh, y cantar y soñar.

Te fuiste, en misión "ministerial" a tu amada Tierra Santa, trabajaste allí codo a codo con otras culturas, con otras perspectivas pero con la misma ilusión. Y volviste, Él te llamó a volver. Había un servicio que dar, un nuevo proyecto se abría ante ti, y tu vivías con ilusión ese nuevo reto. No te ha dado mucho tiempo, a penas dos meses en “el cargo” al que tu decías: Dios me ha llamado. Pero esta vez, amigo, la llamada es eterna.

Al principio lo decía, tengo el corazón alborotado y en mi cabeza se amontonan los recuerdos. Me resisto a esta despedida joder, no quiero creerlo. Eres demasiado joven para irte, te quedan muchas sabias lecciones que dar, te quedan muchas anécdotas de tu querida Tierra Santa que contar, nos queda mucho que aprender de ti a los que te apreciamos.

Esta tarde has partido a la Casa del Padre y no sin antes dejar un regalo, el regalo de ser donante que seguro a muchos les ayudará a seguir apostando por la vida. lEn fin, estarás bien, eso tu ya lo sabes porque fue de Él de quien te fiaste cuando diste el Si a su proyecto.

En esta cotidianeidad, que hoy se hace espesa y dura, solo me queda desearte: Descansa en paz amigo, hermano, maestro.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Celebro la vida

Otro año para la mochila, y esta vez optaré por pensar en lo vivido y no en los dos numeritos dichosos que a partir de hoy y durante un año responderán a eso de ¿cuántos años tienes?. Porque en realidad la vida no se compone de los años que vas sumando sino de las vivencias que vas anotando en el libro de tu vida.

Y yo, con mis veintitantos otoños que acabo de abandonar, he cumplido uno de los sueños de mi vida. No se trata solo de ese sellito que certifica que soy lo que soy profesionalmente, sino de la etapa que cerré llena de incertidumbres, desilusiones y sufrimientos que dieron lugar a la re-esperanza, la re-ilusión, la re-afirmación. Ahora sé lo que soy, quien soy, y como dice San Pablo, y yo hago mías sus palabras, Sé de Quien me he fiado.

Fui pensada en un momento en el que España vivía un acontecimiento que cambió su historia, aunque yo siempre pienso que fueron los carnavales los que me trajeron hasta aquí. Nací un 4 de Noviembre a la hora de comer, ¡¡dando guerra desde ese día!!.

Desde aquel día mi vida no ha parado, sigo siendo tan movida como lo era en la cuna. Y cada día piso ser más niña, disfrutar más de los pequeños regalos del día a día que Dios me poner por delante.

A parte de cumplir uno de mis sueños y de abrirse ante mi una nueva etapa, el año que he cerrado ha sido muy especial en muchos otros sentidos. He conocido, y reconocido, hermanos en mi camino, porque mis padres me dieron la familia de sangre y el día a día me ha dado, y me da, la familia de la vida. Personas me han abierto las puertas de su ser, y me han permitido caminar a su lado para descubrir que con ellos las piedras son menos voluminosas y el sendero más liviano.

Comienza, ya ha comenzado. A estas horas desde hace 4 años, hay una llamada que no suena en el teléfono, pero yo sé, abuelos, que vosotros conectáis vía cielo y me mandáis ese beso que todos los días echo de menos desde que os fuisteis. Nos encontramos en las estrellas, ya lo sabéis.

Este año intuyo que también será especial, y yo íntentaré poner todo de mi parte ¿lo conseguiré?, por de pronto en abril nacerá mi sobrinito, ¡¡qué ganas de verle la carita!. Y quiero seguir encontrándome contigo, y contigo, y contigo...que sois mi día a día y dais sal y luz.

Te elevo las gracias a Ti, porque antes de que me formara en el seno de mi madre ya me conocías y me amabas.

Hoy y siempre quiero celebrar la vida, ¿me acompañas?.





Contigo, cada día en lo cotidiano, quiero seguir celebrando la vida.