Como sabéis en lo cotidiano es para mi donde nace lo verdaderamente extraordinario...
Hace 2 años estaba yo cacharreando por estos mundos del internés, buscando como mover a los chicos de mi grupo...Caí en un blog que me conmovió desde el momento en que empecé a leerlo, ¿POR QUÉ NO MI PROPIO BLOG?. Una tal Elenita, con un don especial para llegar a la gente, hizo, sin saberlo, que sus palabras me ayudaran a reflexionar, a rezar...Y decidí escribirle, desde el principio supe que esta chica me iba a caer bien. Se portó genial conmigo, escribió una carta a mis chicos. Empezamos a hablar por el messenger...
Hacía tiempo que yo ya "cotilleaba" los Foros Ágora Marianista, claro que pusiera lo que pusiera en el buscador éste siempre me llevaba a ellos. Esta chica especial me hablaba de los Foros, de lo maja y remaja que era la gente, que si tal y pascual. Y llegó un día en que le pregunté si yo también podía formar parte de éstos. En un abrir y cerrar de ojos y sin preguntas previas y sin rodeos, esta chica de dulce sonrisa, me había creado una cuenta, ¡¡ya estaba registrada!!.
365 días cotidianos convertidos en extraordinarios.
365 días compartiendo, compartiéndome.
365 días de alegrías compartidas, de penas escuchadas.
Hace 2 años estaba yo cacharreando por estos mundos del internés, buscando como mover a los chicos de mi grupo...Caí en un blog que me conmovió desde el momento en que empecé a leerlo, ¿POR QUÉ NO MI PROPIO BLOG?. Una tal Elenita, con un don especial para llegar a la gente, hizo, sin saberlo, que sus palabras me ayudaran a reflexionar, a rezar...Y decidí escribirle, desde el principio supe que esta chica me iba a caer bien. Se portó genial conmigo, escribió una carta a mis chicos. Empezamos a hablar por el messenger...
Hacía tiempo que yo ya "cotilleaba" los Foros Ágora Marianista, claro que pusiera lo que pusiera en el buscador éste siempre me llevaba a ellos. Esta chica especial me hablaba de los Foros, de lo maja y remaja que era la gente, que si tal y pascual. Y llegó un día en que le pregunté si yo también podía formar parte de éstos. En un abrir y cerrar de ojos y sin preguntas previas y sin rodeos, esta chica de dulce sonrisa, me había creado una cuenta, ¡¡ya estaba registrada!!.
365 días cotidianos convertidos en extraordinarios.
365 días compartiendo, compartiéndome.
365 días de alegrías compartidas, de penas escuchadas.
365 días muy conectada con el de arribita.
Hoy, 28 de Noviembre de 2007, hace hace 365 días que aterricé en una casa en la que desde que llegué fuí acogida como si fuera una más, invitándome a acomodarme. Cada uno de estos 365 días he tenido un motivo para encender el ordenador. Hoy hace 365 días que reconozco, más que nunca, que una pantalla puede abrazar y que la distancia solo es una medida física.
Hoy, 28 de Noviembre de 2007, me siento dichosa de pertenecer, PERTENECER, a una familia que siempre me acoge con los brazos abiertos, una familia que rompe fronteras y cree que NO HAY SUEÑOS IMPOSIBLES, una familia que te apoya, que te escucha, que te quiere. Porque la familia no necesariamente es aquella que tiene tu misma sangre, y aunque ésto lo sé y lo vivo desde que nací, me siento afortunada de que mi Ágorafamilia me lo recuerde cada día en sus gestos, en sus mensajes, en sus complicidades.
GRACIAS ELENA. Gracias por tenderme la mano desde el principio, y por cogérmela y traerme hasta aquí, sin ti no hubiera sido posible.
GRACIAS ÁGORA. Gracias por estar ahí, gracias por llevar un año regalándome VIDA. Gracias por darme la oportunidad no solo de ser sino también de estar. Gracias por leer mis interminables mensajes y responderme con dulces sonrisas.
Hoy, 28 de Noviembre de 2007, hace hace 365 días que aterricé en una casa en la que desde que llegué fuí acogida como si fuera una más, invitándome a acomodarme. Cada uno de estos 365 días he tenido un motivo para encender el ordenador. Hoy hace 365 días que reconozco, más que nunca, que una pantalla puede abrazar y que la distancia solo es una medida física.
Hoy, 28 de Noviembre de 2007, me siento dichosa de pertenecer, PERTENECER, a una familia que siempre me acoge con los brazos abiertos, una familia que rompe fronteras y cree que NO HAY SUEÑOS IMPOSIBLES, una familia que te apoya, que te escucha, que te quiere. Porque la familia no necesariamente es aquella que tiene tu misma sangre, y aunque ésto lo sé y lo vivo desde que nací, me siento afortunada de que mi Ágorafamilia me lo recuerde cada día en sus gestos, en sus mensajes, en sus complicidades.
GRACIAS ELENA. Gracias por tenderme la mano desde el principio, y por cogérmela y traerme hasta aquí, sin ti no hubiera sido posible.
GRACIAS ÁGORA. Gracias por estar ahí, gracias por llevar un año regalándome VIDA. Gracias por darme la oportunidad no solo de ser sino también de estar. Gracias por leer mis interminables mensajes y responderme con dulces sonrisas.
